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El origen del cocktail cuenta con diversas teorías, como sucede con muchas de especialidades culinarias. Historias, mitos, leyendas y algunas versiones más documentadas que aderezan, agitan y nos sirven para sustentar cómo empezó todo este arte combinando bebidas.

De lo que no cabe duda es que en estos orígenes un gallo siempre aparecía por algún lado. Y es que, la palabra proviene de la unión de “cock” (gallo) y “tail” (cola). Muchos dicen que se llama así porque era habitual decorar estos combinados con plumas de las colas de gallos. De hecho, el historiador Fenimore Cooper sitúa su origen en EEUU, más concretamente en Yorktown (Virginia), cuando un tabernero llamado Flanaganen en 1790 servía una combinación de varios colores que llamaba «Bracer» (estimulante), pero que pronto se convirtió en “cocktail” porque los servía en copas adornadas con plumas.

Otros aseguran que su nombre tiene origen en las peleas de gallos, más concretamente en los brebajes que se les daba para ponerlos agresivos y en los preparados que los dueños tomaban para celebrar el triunfo de los mismo.

Lo que más o menos queda claro es que su origen se ubica a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Una de las historias sobre cómo se empezó a preparar y servir cocktails cuenta que en el siglo XIX llegaban al puerto de San Francisco de Campeche México, comerciantes ingleses de maderas preciosas, entre ellas el palo de tinte. Se bebían en las tabernas vinos y licores sin mezclar, a veces bebían los llamados «dracs» de ron o de otro alcohol, que eran bebidas compuestas, las revolvían con una cuchara de metal, lo que podía dar mal sabor a la bebida. En una ocasión, vieron al barman emplear unas raíces delgadas, finas, lisas, de una planta que ahí llamaban por su forma, «cola de gallo», para evitar el mal sabor, por lo que le preguntaron que era eso, a lo que respondió en su idioma que eran cock’stail. De ahí en adelante se popularizó el uso del término.

Otros ubican su origen en Nueva Orleáns. Allí, a finales del siglo XVIII, un inmigrante francés llamado Antoine Amadae-Peychaud, instaló una botica donde se podían adquirir «brebajes y elixires» los mismos que se ofrecían en vasos para huevos «Coquetiers». De allí su nombre deformado con el tiempo, hasta convertirse en el cocktail actual.

Ya sea de una u otra manera, o incluso de todas, de lo que sí hay constancia por escrito es que el 13 de mayo de 1803, el diario norteamericano «The Balance» definió el cocktail como «una bebida estimulante», compuesta a base de alcoholes diversos a los que se les añade azúcar, agua y bitters o amargos. Y es que el agua está en el origen de todos los cocktails, por eso hoy día no vamos muy mal encaminados al sugerir combinados con nuestras aguas minerales naturales. ¿Quieres probar alguno? Aquí te dejamos una playlist donde podrás ver todas las recetas de cocktails

¡Y chinchin!