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No hay dos aguas iguales, y bien lo saben los sumilleres y los cocineros. Desde hace más de una década, la cultura del agua se ha refinado y ya no sorprende ver en perstigiosos restaurantes las “cartas de aguas”. 

Desde el japonés ICHO, al valenciano La Sucursal, hay centenares de establecimientos culinarios donde podemos escoger los platos, los vinos ¡y las aguas! En la gran mayoría de ellos, nuestras aguas minerales naturales siempre encuentran un hueco, ya sea con nuestras aguas minerales naturales (Font d’Or, Mondariz, Montepinos, Les Creus) o con las carbónicas (Vichy Catalan, Malavella…). 

Pero ¿quién escoge las aguas de estas cartas? La respuesta es los sumilleres. ¿Sabías que hay auténticos “gurús” en la cata de aguas? Fuera de nuestras fronteras existen personalidades absolutamente mediáticas que se dedican a descubrir y a ensalzar ante los sentidos de los más mundanos, todos los matices de cada una de las aguas que catan. Uno de ellos, y posiblemente el más reconocido, es el norteamericano de origen alemán Martin Riese. La pasión de Riese por el agua le viene de su infancia. Con sus padres viajaba por todo el mundo y allá donde iban probaban las aguas autóctonas. De ese gusto por el agua hizo luego su profesión. La primera cata de agua la organizó en Berlín, y desde entonces no ha parado. En ellas se puede probar hasta 20 tipos de agua que cuestan entre 8 y 20 dólares la botella.

En España, uno de los más populares es Faustino Muñoz Soria, del Colmado Quílez Lafuente (Barcelona). Lleva dos décadas dedicado a la cata de aguas y lo tiene fácil, pues donde trabaja disponen de una oferta de más de 300 tipos de aguas de todo el mundo.